domingo, 12 de mayo de 2013

Una confesión postergada


Hace unos días leí por primera vez La estatua de Sal y me sorprendió sobremanera, comencé con el prólogo de Monsiváis y es un elemento básico para entender el contexto social, cultural y hasta literario de México en los primeros años del siglo XX pues nos da un panorama de la vida gay desde el México del porfiriato hasta la revolución y después de ella, aunado a la literatura pues Novo y los Contemporáneos marcan una nueva literatura en contraposición a la literatura de la revolución, en total contraposición pues muchos de ellos son homosexuales. Pero esta pequeña distinción es una de tantas que marcan una diferencia.
El rasgo que quiero resaltar acerca de La estatua de sal será el mismo hecho autobiográfico de la obra en relación a su elaboración, su intención  y su innovación. Tomando como base que una autobiografía debe evaluarse como texto literario de ficción y como una fuente bibliográfica de no ficción (Biografías, autobiografías y memorias). La obra de Novo está escrita con gran soltura, utiliza siempre la primera persona y sigue un orden cronológico que abarca los primeros años de su vida hasta parte de su juventud, es una confesión que mantiene un hilo narrativo constante, es decir, su texto atrapa al lector (no sólo por el tema) sino por la manera de narrar, constantemente hace alusiones a lugares y personajes, a los cuales plaga de adjetivos precisos y en ocasiones cómicos.
La lectura no me permitió distinguir con claridad el rasgo ficcional sin embargo, hipotéticamente, el rasgo que se me hizo un poco exagerado fue precisamente el de los encuentros sexuales, es decir, pareciera que la apertura sexual fuera total y que lo más normal fuera tener varias parejas así como encontrar una en cada esquina (prácticamente), traslado este hecho a los 30s y 40s y se me hace un poco difícil creer que fuera tan fácil encontrar una pareja homosexual, pero a pesar de ello, suponiendo que fuera cierto, es un valioso aporte para perfilar e indagar acerca de este hecho social en México.
La intención de Novo en escribir la estatua de Sal es un hecho presente en la obra misma: “Yo pasaba las aburridas mañanas de clases sólo en espera de las divertidas tardes y noches. Por emplear el tiempo, y todavía persuadido ( a pesar de las constantes, caudalosas comprobaciones en contrario) de la singularidad excepcional de mi carácter, empecé a escribir una minuciosa y romántica autobiografía novelada que titularía Yo” su intención era una constante en su vida, pero a diferencia de esa (que Villaurrutia robó y destruyó) “biografía romántica” está no tiene nada de romántico, no es inocente su escritura, la terminó a los 41 años, cuando su obra literaria era madura, cuando su nombre era reconocido. Ya tenía un acercamiento con los políticos del momento no tardaría mucho en convertirse en el titular de la dirección de teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes para después ir a un mandado del presidente Miguel Alemán para observar la empresa televisiva en Estados Unidos y Europa (Agustín).
Esta obra postergada innova en cuanto a temática y quizás en cuanto a género mismo en México, la podemos tomar como un documento base para asomarnos a la moral de la época, incluso ver la consolidación temprana de algunos personajes literarios que posteriormente tendrán cierto poder en el campo literario mexicano.
Lo postergado es un hecho que demuestra una confesión secreta, es como una caja de pandora que  en lugar de dañar enriqueció la literatura mexicana.


Fuentes

No hay comentarios:

Publicar un comentario