lunes, 25 de febrero de 2013

Entre una sombra luminosa y el olvido. Adela Fernández


“El olvido, ya sea por defensa o por tara involuntaria,
es el enemigo que más me tortura” (Híbrido)



En ocasiones el silencio propicia curiosidad, reflexión, tranquilidad y un sin número de sensaciones, en otras provoca olvido, Adela Fernández se mueve entre la sombra y el olvido, es una melancolía que a veces, en el peor de los casos, se evita.


Híbrido su más reciente publicación contiene una narración que pareciera ser una novedad en las letras mexicanas, sin embargo se trata de una recopilación de textos antes ya publicados, en donde muestra un caleidoscopio de sensaciones, de ahí la hibridez que alienta el título.
Hija de un gran personaje como lo es el Indio Fernández ha permeado su reconocimiento literario, pues ella misma siente que no es suficiente ser ella pues la gran imagen de su padre la invade, la tapa , al menos es lo que continuamente repite Marta Chapa le hizo una entrevista y le pidió que evitaran el tema de su padre: "dedícame tu programa, necesito promoción, me estoy muriendo, no soy nadie, estoy gris, olvidada, ayúdame’ y terminamos hablando del “Indio” las dos y lo peor, yo fui la que empecé" (vanguardia), comentario realizado en el periódico vanguardia en 2011, más adelante ella repite elocuentemente la grandeza de su padre, como si no pudiera quitarse ese peso de encima y que más adelante como se verá es un reflejo de lo que sucede con su obra literaria:
“Mi padre me come y me va a comer siempre porque es demasiado fuerte y demasiado atractivo y hay muchas cosas que decir de él. Hay quien me dice que si vivo bajo la sombra de mi padre y no, yo vivo bajos su luz, cuál sombra. Yo aprovecho su brillo, su creatividad,  sus enseñanzas, su pasión por la vida, por el arte y todo eso me lo transmitió y lo conservo con una riqueza enorme”. (vanguardia)
Yo diría que vive bajo una luz ensombrecida, es como una cárcel interna que no se atreve a traspasar, de ahí el aparente olvido en el que se ha su sumido su obra artística, como muestra de ello: la falta de nuevas ediciones de su obra literaria y la falta de interés en rescatar, compilar y publicar su obra teatral y cinematográfica.


  El oficio de escritora
 Cuando una mujer escribe, teniendo antecedentes tan pobres si hablamos de la segunda mitad del siglo XX, es algo de reconocerse y más si su escritura remueve las entrañas y da muestras de verdadero talento, Adela Fernández empieza a escribir en la década de los 60s y 70s totalmente empapada de los movimientos sociales y artísticos del momento, escribir en los 60s y hacerlo bajo la bandera de la libertad y estando en comunión con la época significa que su literatura refleja una ruptura con lo tradicional, hay una rebeldía, se muestra en sus letras algo que pareciera no pertenecer a ningún género, porque precisamente el oficio de escritor, al menos el más auténtico como diría Felipe Garrido no es aquel preocupado en el género literario que va a escribir o a desarrollar sino más bien preocuparse en escribir y eso es lo que hizo Adela de ahí su hibridez.

Marysole Wörner Baz
Su primer libro de cuentos es titulado El Perro o el hábito por la rosa, que en su tiempo -dice ella- no lo publicaron completo por la hibridez de algunos relatos, es decir, ese necio empeño de la gente de querer encerrar y clasificar una obra. Dicho libro salió a la luz acompañado por viñetas de la pintora Marisole Worner Baz,  el cuento el perro está dedicado a Erik Satie (Estudio lento para perro largo adelgazándose al amanecer). Adentrarse en este relato es interiorizar la mente de alguien más, de un perro puede ser, combinar esta sensación con Gymnopedie No.1 o alguna otra creación de él nos crea la fuerte sensación de melancolía, de tristeza y de frustración ante lo inalcanzable.
Dentro de su basta obra y siguiendo con lo impresionista como Satie Adela ha realizado biografías como la de Henry Deauloney (1983) y la de su propio padre Emilio Fernández (1986). Su obra literaria: El perro (1975), Vago espinazo de la noche, La Correa Feminista, Las Hijas de la Carmenta (1996), Duermevelas y Vago espinazo de la noche (2009); Sabrosuras de la muerte. Comida para las ánimas, casa fuerte Indio Fernández (1999).
Uno de sus cuentos más difundidos -gracias al internet-y leídos es La jaula de la tía Enedina recomendado por ejemplo por Gabriel García Márquez como una muestra de realismo mágico, aunque no sé si ese adjetivo le quede bien, es como muchos relatos de Adela ver el lado oscuro del hombre, sus impulsos, sus miedos, lo grotesco, la locura llevada la décima potencia.

De cada creación hay un mundo de palabras e impresiones que se manifiestan, en Adela Fernández hay una muestra de animalidad y de desprendimiento de su ente femenino, me refiero a que algunos de sus cuentos muestras animales y muchos de ellos no reflejan propiamente el sentir y el pensamiento "femenino", es algo que se reconoce en ella, nunca jamás llega a cursilería, sus personajes son auténticos, melancólicos, tristes… Los animales aparecen como un símbolo de lo que en ocasiones somos los humanos, reflejan la animalidad que poseemos, Adela sería como Gabriela Olmos nos dice "un poeta-animal" ya que a través de sus palabras nos dan la impresión de estar dentro de ellos, de sentir lo que sienten y de caminar sus mimos pasos: “La literatura está llena de poetas-mariposa que giran bajo el sol; poetas-ganso que graznan con trompetas de barro; poetas-cocodrilo que no pueden dejar de llorar y poetas-mosca que buscan escapar.”(Olmos, 2007)
Pero también tiene otro tipo de obra, aquella relacionada con el mundo prehispánico y por otro lado la relacionada con la cocina mexicana, precisamente en una entrevista que le hicieron le reconocen su labor de cocinera mexicana, sin embargo ella recalca que no es cocinera sino guisandera pues le gusta guisar para eventos grandes, es decir, cocinar para 300 o 500 comensales, entonces la labor es más compleja y a ella le encanta hacer eso.
Asomarnos a esta escritora es adentrarnos en -como dije antes- en un calidoscopio, giramos un poco y vemos una Adela humana, otra vuelta y vemos a la Adela creadora llena de miedo por el olvido, vuelta y está la guisandera,… un sin fín de ellas muestran que por momentos pareciera que vive en las sombras y que mucho depende de ella pero también depende de nosotros, de sus lectores.


Referencias





2 comentarios:

  1. Alteridad de la voz narrativa: interesante la imagen del perro. Verificar Estudios Animales. El animal como variante de la otredad, siglo XX. Otredad femenina, colonial, y de especie.

    Indagar en la biografía del Indio Fernández.

    ¿Cuál es su medio, campo cultural? ¿Medio cinematográfico?

    Trama: conflicto con imagen parterna. Cuál fue su relación con él? Cómo se reveló, relaicón con él?

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  2. Me parece interesante la labor que haces de rescatar a este personaje poco conocido dentro de la literatura. Asimismo, tu propuesta abre la posibilidad de estudiar a mujeres que se encuentran fuera del canon. Ser la hija de un personaje tan importante como Emilio "el Indio" Fernández más que ser de ayuda para esta escritora le ha sido un impedimento para sobresalir en la historia literaria. Saludos.

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